Palabras por el 24 de marzo (este discurso fue parte del acto conmemorativo en el Colegio Nacional de San Isidro)
Pensar en el centro de estudiantes, es pensar en el pasado. En cada alumno que ayudó a construir ésto sobre lo que hoy nos paramos.
Por eso, en un día como hoy, los invito a asomarse al 24 de marzo de 1976:
Acaban de empezar las clases, estás parada en la puerta del Nacio. Te cuesta imaginar que hace seis años entrabas acá por primera vez en vida de dictadura. Y vas a la reunión de delegados de la semana, con la cabeza frita por un módulo de química. Cuando llegás, todos hablan y no entendes de qué. Dicen «golpe» y te quedás dura. Dicen «cívico» y no entendés nada. En un segundo, perdes noción de qué significa ser «civil» argentino. Dicen «militar» y todo se reduce al miedo. O bronca. O un poco de asco. O todo. No sos una persona combativa en lo más mínimo. En los últimos meses, cada vez que decían «Isabelita» te limitaste a pensar «todo va a salir bien» y seguir con tu vida. Porque nada puede derrotar a la mente positiva. Pero hoy te demostraron que sí, hoy te derrotaron. No solo a vos, si no a la democracia. Democracia. De-mo-cra-cia. La repetis en tu cabeza tantas veces que deja de tener sentido. Tal vez eso fue lo que le pasó a los milicos. Llorás un poco y seguís con tu vida. Hasta que desaparece tu amiga. Y te prometés no comprar un falcon verde nunca en tu vida. Años despues sos docente y la presidente del centro te cuenta que abusaron sexualmente a una militante, solo por militar. Te volves a repetir. De-mo-cra-cia. Y esperás que tus alumnos no vuelvan a vivir su interrupción. Si este cuento te hace sentir algo en el cuerpo, te felicito. Entendés perfectamente que podría haber sido uno de nosotros. Entendes perfectamente, que somos los privilegiados con 40 años, 3 meses y 12 días de democracia. Desde ese 10 de diciembre y el llamado a elecciones. En nombre de la democracia, el centro se para junto a la agrupación hijos y la víctima de crimen de odio político. Porque la militancia no existe sin respeto por el otro. El centro de hoy se para junto a los 30.000 compañeros desaparecidos presentes hoy y siempre. Porque podremos tener el privilegio de la democracia, pero nunca el privilegio de olvidar.
Al gran pueblo Argentino, nunca más.
* Estudiante del Colegio Nacional de San Isidro