Lo difícil en la práctica con niñxs

Por Cecilia Betti*

Ir a la escuela puede ser difícil. Difícil, porque no se logra entender algún contenido, por no poder hacer amigxs o porque el contexto no lo facilita. Estar en casa puede ser difícil; jugar se puede volver difícil si no proporciona ningún placer.

Las dificultades pueden ser causa de sufrimiento. En esxs niñxs que se nos presentan difíciles podemos leer sufrimiento allí.

Las prácticas con niñxs implican cierta dificultad. Puede sonar a contramano de lo que se dice sobre la infancia y su idealización. Es una práctica inmersa en la complejidad. Agrega dificultad y complejidad saber de la responsabilidad que implica participar de un momento de la vida que es fundante.

Los modos de la dificultad se pueden leer en el relato parental, en las observaciones del equipo escolar, docentes, acompañantes, en el relato de los médicos. También, en la presentación del niñx y/o en las resistencias de quien conduce el tratamiento o acompaña.

El sufrimiento por el que se llega a una consulta y por el que se justifica nuestra intervención puede estar ocasionado por ciertas fallas en la constitución subjetiva: sujetos con alteraciones tempranas que afectan el armado del cuerpo, que comprometen el lazo con el mundo y el acceso a eso que llamamos realidad compartida; también pueden traer complicaciones al nivel del simbolismo. Se trata de situaciones en las que las dimensiones del lenguaje, los objetos, el cuerpo, el vínculo con los otros, aparecen afectados. La cuestión de la gravedad la podemos ubicar aquí.

La dificultad pensada desde estos ángulos no tendrá que ver necesariamente con la gravedad de un diagnóstico. Entonces, ¿dónde nos encontramos con la dificultad? Lo difícil puede aparecer en el vínculo, en los dispositivos, en los diagnósticos en sí mismos, en el armado subjetivo, por supuesto. La transferencia es el terreno donde se desplegarán situaciones, se abordará lo que sucede, se trabajará con lo que aparece. Entonces más que la dificultad del caso, se tratará de las dificultades en el trabajo.

Otra particularidad que agrega complejidad al trabajo con niñxs es que la demanda en principio no parte de ellxs. Esto hace que establecer la transferencia tenga otras vueltas, otros tiempos y requiere, también, esa disposición por parte de la persona o equipo que esté interviniendo.

La disponibilidad para trabajar con la infancia permite que, cuando recibimos una consulta, podamos hacer el intento de pensar, de imaginar qué le resulta difícil a alguien. Escucharlx: en lo que dice, en el juego, en sus dibujos, en sus movimientos. Escuchar con los oídos, con los ojos, con gestos. Escuchar lo que los otros dicen: padres, escuela, médicos. Y en eso que se dice, tratar de ubicar de qué se trata esa dificultad. Cuál es el sufrimiento allí.

Este tiempo fundante de la estructura hace que en la infancia se evidencie más que en otras épocas ese interjuego entre la estructura subjetiva en desarrollo y las circunstancias particulares o momentos que se atraviesan. Así es que trabajamos con el azar, lo imprevisible, los cambios y lo nuevo como posibilidad.

Escuchar la dificultad, ponerla a trabajar, cuestionarla, puede ser la puerta de entrada a cuestiones que de otra forma tal vez no aparezcan. Puede ser un modo de presentación, lo que se muestra primero, como pantalla, como introducción. La trama puede tomar otras vías, es lo que buscamos: escribir otros modos.

Como los sueños que nos abren a otro conocimiento, abordar las presentaciones difíciles puede hacer aparecer entramados más vivibles. Como dice esta canción de Rosario Bléfari: “Si no durmiera no podría ni soñar con lo que de otra forma nunca encontraría”. Que de lo que se presenta difícil aparezca un modo nuevo que conlleve menos sufrimiento para el sujeto, puede ser nuestra apuesta.

* Cecilia Betti es licenciada en Psicología por la UBA y Psicóloga clínica infanto juvenil por el Hospital de niños Dr. Ricardo Gutiérrez. Fue pasante de la École experimentale de Bonneuil sur Marne. Integró equipos de trabajo interdisciplinar en instituciones públicas y privadas. Fue docente en el Curso Introducción a la clínica con niños en el Hospital de niños Dr. Ricardo Gutierrez. Actualmente trabaja en el equipo infanto juvenil del Hospital provincial Petrona Cordero de San Fernando y la práctica privada en su consultorio en CABA.

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